Salto a la Eternidad
Cuando trataron de detenerlo ya era demasiado tarde, Ignacio ya había saltado.
Cuando el era muy pequeño, tuvo que experimentar en carne propia la pesadilla más grande de un niño, perder a su padre. Por azares del destino su padre daría el ultimo suspiro ofreciéndole un fuerte abrazo. Las graves heridas causadas por un accidente automovilístico no le iban a permitir estar cerca de su familia, que a parte de Ignacio estaba conformada por su Esposa y una hija.
Su madre, una persona que no podía dejarse abatir por la perdida de su marido, salió adelante, dándole lo mejor su hermana y a el. Ella también fue madre y padre. Tarea casi imposible por que sus hijos aún no olvidaban esa figura paterna que habían tenido desde que abrieron los ojos por primera vez.
Amalia como se llamaba su hermana mayor, creció sin rumbo, rebelde, con calificaciones en la escuela muy bajas. Ya en la adolescencia, inconscientemente trataba de suplir la carencia de una figura paterna buscando parejas mucho mayores que ella. Eso no le parecía bien a Ignacio que en ningún momento dudo en fajarse a golpes con cualquier pretendiente o enamorado que osara pisar la puerta de su casa.
En el colegio Ignacio tampoco fue un excelente estudiante, pero tenía el don innato para ser líder. Desde muy pequeño fue así, siempre muy extrovertido, gracioso, travieso. También era uno de los mejores futbolistas en la escuela, que con alguna picardía suya siempre ayudaba a ganar muchos de los partidos del campeonato escolar.
A parte de ser exitoso en el deporte, no le iba mal con el sexo opuesto. Parece que su porte atlético y su increíble seguridad lo hacían uno de los chicos más deseados en la escuela. Pero solo en el ultimo año de estudios se le conoció una pareja estable. Rompiendo esa relación poco después de salir del colegio
Al estar ahí, suspendido en el aire y ante una caída libre mortal, Ignacio solo pudo pensar en su familia y en que no había marcha atrás, en que con esa fortaleza y valentía que lo caracterizaban iba a superar esa mala decisión. Ya no había opción a arrepentirse, simplemente era cuestión de segundo.Cuando el piso estaba próximo el alma de Ignacio se desprendió de su cuerpo, dejándolo simplemente caer estrepitosamente contra el piso. Su padre con una tierna sonrisa le dio la bienvenida y así Ignacio empezó a vivir nuevamente.
Cuando el era muy pequeño, tuvo que experimentar en carne propia la pesadilla más grande de un niño, perder a su padre. Por azares del destino su padre daría el ultimo suspiro ofreciéndole un fuerte abrazo. Las graves heridas causadas por un accidente automovilístico no le iban a permitir estar cerca de su familia, que a parte de Ignacio estaba conformada por su Esposa y una hija.
Su madre, una persona que no podía dejarse abatir por la perdida de su marido, salió adelante, dándole lo mejor su hermana y a el. Ella también fue madre y padre. Tarea casi imposible por que sus hijos aún no olvidaban esa figura paterna que habían tenido desde que abrieron los ojos por primera vez.
Amalia como se llamaba su hermana mayor, creció sin rumbo, rebelde, con calificaciones en la escuela muy bajas. Ya en la adolescencia, inconscientemente trataba de suplir la carencia de una figura paterna buscando parejas mucho mayores que ella. Eso no le parecía bien a Ignacio que en ningún momento dudo en fajarse a golpes con cualquier pretendiente o enamorado que osara pisar la puerta de su casa.
En el colegio Ignacio tampoco fue un excelente estudiante, pero tenía el don innato para ser líder. Desde muy pequeño fue así, siempre muy extrovertido, gracioso, travieso. También era uno de los mejores futbolistas en la escuela, que con alguna picardía suya siempre ayudaba a ganar muchos de los partidos del campeonato escolar.
A parte de ser exitoso en el deporte, no le iba mal con el sexo opuesto. Parece que su porte atlético y su increíble seguridad lo hacían uno de los chicos más deseados en la escuela. Pero solo en el ultimo año de estudios se le conoció una pareja estable. Rompiendo esa relación poco después de salir del colegio
Al estar ahí, suspendido en el aire y ante una caída libre mortal, Ignacio solo pudo pensar en su familia y en que no había marcha atrás, en que con esa fortaleza y valentía que lo caracterizaban iba a superar esa mala decisión. Ya no había opción a arrepentirse, simplemente era cuestión de segundo.Cuando el piso estaba próximo el alma de Ignacio se desprendió de su cuerpo, dejándolo simplemente caer estrepitosamente contra el piso. Su padre con una tierna sonrisa le dio la bienvenida y así Ignacio empezó a vivir nuevamente.
7 Comments:
el aparente final es solo un principio diferente. pero lo que no se hace en vida dificilmente se hace en otro lado...
muy cierto digler. es tal vez una opción diferente
Y el caballero Ignacio entonces se largó dejando tantas preguntas sin contestar... ¿no le dará curiosidad es su nueva vida por como hubiera terminado todo en esta?. Era un poco joven para darlo todo por perdido, es como quitar una película a penas se han presentado los personajes.
Pero veamos, si a él le fue mejor pues bien hecho, aunque a mí me correria la duda de qué hubiera pasado si... pero eso es porque soy científico y siempre tengo dudas.
Así como Ignacio muchos deciden dejar su vida a medias y continuar otra. El "que hubiera pasado" ya queda en nuestra imaginación por que cuando se toma una decisión no hay marcha atrás.
A veces nos gustaría poder soltar aquello que nos duele, pero creo que los golpes también ayudan a crecer si los afrontas.
Aun noentiendo por que lo hizo. Puedo suponer mil y una razones, pero nada me da la certeza de que así sea. A menos que sea psicologo y descifre sus caracteristicas de acuerdo a su vida pasada en la forma como la relatas.
Te leo.
Yo tampoco se por que lo hizo. Nosotros creemos conocer mucho a las personas y tal vez por fuera nos pueden mostrar una personalidad extrovertida y alegre, pero por dentro pueden estar sumidos en el más profundo dolor. Somos tan complejos...
Publicar un comentario
<< Home