jueves, abril 27, 2006

El Loquito

Mi nombre es Lucho. Desde que era muy pequeño acompañaba diariamente a mi madre a hacer las compras al mercado que quedaba a dos cuadras de mi casa, en el camino siempre veía a una persona con aspecto sucio, parecía que no se había bañado por años.

- “ ¿Mamá quien es esa persona? ” Pregunte
- “ Es un loquito, hijo ” Respondió mi madre

Esa persona pertenecía a esa naturaleza urbana, rodeado de casa y jardines, uno de los cuales era su hogar. Sus alimentos –los que la gente le regalaba- los cocinaba en una pequeña fogata y utilizaba una lata como olla. Su cama estaba hecha con cartones y sus sabanas eran varios papeles de periódico que lo protegían del frío. No usaba zapatos, sus pies se habían adaptado al duro asfalto por el que caminaba diariamente, parece que su locura lo obligaba a eso, a movilizarse sin parar.

Cuando ingresé a la universidad el seguía ahí, yo salía muy temprano y lo veía aun descansando, sin preocupación alguna, así estuviera inmundo se notaba que su salud estaba intacta, también parecía que los años no pasaran para el , tal vez esa larga barba me impedía ver su verdadera edad. Al regresar muy tarde de mi centro de estudio, el recién llegaba de esas largas caminatas diarias, por lo menos recorría tres o cuatro distritos, así transcurrían sus días.

Unos años más tarde cuando por fin encontré trabajo y me independicé de mis padres, obligatoriamente tenía que ver al loquito, por que el camino más rápido para llegar a mi trabajo puntualmente, era ese.
Cochino como siempre, comiendo las mismas porquerías, hablando solo. Para mí siempre fue normal verlo así, pero uno de esos días se me ocurrió ayudarlo.

Llegó el día de noche buena y yo iba a pasarla en la soledad de mi hogar, había comprado un pavo horneado, puré de manzana y de papa. A las nueve de la noche me decidí ir a buscarlo y proponerle acompañarme para la cena. Al llegar a su morada, estacioné el auto a su costado y le propuse acompañarme.

- “ ¿Señor, quiere venir conmigo? ” Dije titubeando

El loquito me miro desconfiado y se puso a la defensiva. Cogiendo una piedra se me empezó a acercar, no sabía si seguir con esto o arrancar he irme rápidamente.

- “¡Tengo comida en mi casa! ” Atiné a decir

Parece que pronuncié las palabras correctas, por que automáticamente el hombre soltó la piedra y se subió al carro. Iba manejando rápidamente por que el olor que emanaba era nauseabundo, producto de tantos años sin aseo, ¡tenía que llegar rápido!

Cuando al fin llegamos a mi departamento, sentí que el portero me miraba raro, se preguntaría que hacia con ese orate en mi casa, bueno era mi hogar y nadie podía decirme a quien debía traer o a quien no.

- “Es un amigo ”. Le dije cuando pasamos por su costado

El trayecto hacia mi departamento fue tranquilo, por suerte ningún vecino me vio. Al abrir la puerta el loquito entró disparado, sin darme reacción a nada.

- “ ¡Quiero baño! ¡Quiero baño! ¡Baño! ¡ Baño! ” repetía incansablemente
- “ ¿Qué? ” dije confundido
- “ ¡Baño! ¡ Baño! ”
- “ Ya, espera un rato que te voy a traer otra ropa y una toalla ”

Parecía que el loquito no había olvidado el agua ni como bañarse, después de treinta minutos en los que me tuvo en angustia, al fin salió. ¡Era otra persona!, con un buen baño y ropa nueva, había experimentado una mutación increíble. El baño también se transformo, pero en un muladar, bueno todo sea por una buena acción.
Al sentarse mi invitado a la mesa, empezó el festín. Los cubiertos fueron un saludo a la bandera para el e inmediatamente sin perder tiempo cogió la pierna del pavo, luego la otra, luego el puré y la ensalada. Era una verdadera máquina de tragar, el pobre hombre no había comido así por años. Mientras más comía mis ojos se llenaban de lágrimas.
La comilona terminó sin dirigirnos la palabra, le hubiera querido preguntar muchas cosas, pero lo vi tan contento que preferí mantener todo así. Como ya la noche era avanzada, lo llevé al lugar donde dormía, cuando bajó del auto le di una manta muy abrigadora y le dejé un recipiente con comida. Camino a casa tomé la decisión de llevarlo más seguido.

A la semana siguiente que pasé por ahí no lo vi ni un solo día, esto me extraño mucho y fui a preguntar a algún vecino de por ahí.

- “Señora buenos días, quería preguntarle por el loquito que dormía en el jardín”.
- “Un día después de navidad amaneció muerto”.
- “¿¿¿Como???” Dije sin creer lo que me decía
- “Sí, parece que en la noche anterior le habían regalado ropa más o menos nueva y una manta. Parece que un grupo de drogadictos se las quiso robar y el puso resistencia. Le hundieron un cuchillo en el estomago”. Dijo la mujer fríamente

Que más podía decir, simplemente di media vuelta y me fui.

5 Comments:

Blogger MeTis said...

ai, que duro debió ser para ti!!
a veces deseamos hacer el bien y solo acabamos estropeandolo mas..
al menos tuvo un momento de felicidad y tu de bienestar por hacer feliz a otro..
Besitos

4:50 p. m.  
Blogger novivo said...

hola, no fui yo, solo es ficción, lucho no existe en realidad, pero como el loquito si hay muchos en este mundo.
gracias por tu comentario metis

5:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Realmente demoledor.

Debe ser impactante que te digan algo así.

Pero es noble la acción y muy valiente por tu parte.

Un abrazo.

1:30 a. m.  
Blogger Rolando Escaró said...

que triste final, pero al menos una noche fue totalmente diferente para el y de seguro tambien para ti.

pd. devolviendo la visita, pasarè seguido por aqui

8:52 p. m.  
Blogger Dark Rusa said...

No es la primera vez que paso por aca ...me lei todos tus posts y me encantaron ...pero me dejas sin palabras ...me encanta tu manera de redactar...de contar las hechos con tanta claridad...bueno ...hice vicible mis apariciones...y sabe que voy a seguir leyendote siempre..asi que no pares de escribir....
un abrazo

11:45 p. m.  

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