martes, mayo 02, 2006

El Pacto (Parte 3)

Estaban ahí parados, con una simple trusa negra que los cubría, el frío les carcomía los huesos, temblaban y temblaban, no solo era el frío, la incertidumbre y el miedo a lo desconocido también les obligaba a tiritar.
El Lugar solo estaba alumbrado con velas, el ambiente le hubiera puesto los pelos de punta a cualquier ser humano
- “No se por que mierda estamos acá Felipe. Si me agarra una pulmonía te mato cuando me recupere” Dijo el asustado “Pinza”
- “Hay que empezar rápido, antes que entremos en shock por el frío” Agregó “Loro”
- “¡Ya carajo! Cuando cuente tres empezamos a recitar seis veces la frase” Hablo Felipe

Uno, Dos y Tres…

Señor oscuro invocamos tu presencia
Señor oscuro acompáñanos
Señor oscuro te saludamos
Señor Oscuro Preséntate

Al terminar de decir la frase por sexta vez. Escucharon tres golpes a la puerta. Estaban paralizados, el miedo estaba en el ambiente. Ya no tenían marcha atrás, solo debían abrir la puerta y ver quien se iba a presentar ahí. A que ser maligno habían invocado para que les cumpla sus más bajos deseos terrenales.

- “ Felipe, abre tu “ se escuchó la voz de “Loro”

Sin decir palabra alguna Felipe se aproximo a la puerta y la abrió. De un solo salto se alejó de la puerta que quedo abierta. Se podía ver la sombra de una persona de mediana estatura que se acercaba. Al llegar a la entrada aún no lo podían visualizar perfectamente, parecía una persona normal y no un demonio, no tenía ninguna cola, tampoco patas de chivo, ni cachos. La persona cerró la puerta y se puso al frente, donde estaba ubicada la estrella hecha con cuerda de cola de burro. A la luz de las velas lo pudieron ver claramente, era una persona con aspecto indígena, con una vestimenta propia de la gente que habita en los andes. Tenía la cabeza descubierta y estaba vestido con un poncho colorido.

- “¿Quien ha osado llamarme?”

El silencio era sepulcral, ninguno podía articular palabras, el tiritar de sus cuerpos había cesado, ahora estaban tiesos, la voz imponente de ese hombre no iba con su cuerpo.

- “¿Quien ha osado llamarme?” Volvió a repetir
Le correspondía contestar a Felipe esa pregunta, el lo sabía, pero el terror que estaban experimentando era descomunal, ni el miedo que tenían a ser encerrados en la prisión era para nada comparable.
- “Nosotros tres lo hemos invocado señor” dijo con voz sumisa Felipe

Inmediatamente ese extraño demonio los miró uno a uno, como analizando la maldad que llevaban, como deseando atrapar eternamente esas almas que calificaban con honores a sufrir eternamente. Su penetrante mirada los había hipnotizado, era algo imposible mirarlo fijamente.

- “¿Ustedes saben quien soy?”

El silencio se encargó de responderle

- “No soy cualquier demonio señores, Lucifer los ha visitado. Siento su terror, pero yo les puedo dar lo que me pidan, les puedo dar la mayor riqueza, les puedo dar poder, puedo saciar todo lo que la carne puede desear. Lo único que les pido es su alma que es algo insignificante para el gozo que van a tener en este podrido mundo, lleno de injusticias, lleno de sufrimiento. Solo pidan “

Estaban entre la espada y la pared, no podían salir corriendo, por que seguro podría terminar su vida en ese instante, solo tenían que pedir, era algo tan simple, era más simple que planear como asaltar un banco, solo tenían que hablar.
“Pinza” fue el primero en armarse de valor y dar un paso al frente. Con la cabeza gacha abrió su boca totalmente seca.

- “Se-se-se-señor, yo qui-qui-quiero tener mil millones de dólares” dijo algo titubeante
- “Muy bien, así me gusta, los valientes como tú merecen lo que piden. Mañana cuando despiertes serás poseedor de esa gran fortuna. Disfrútala amigo, por que al final de tus días vendré a llevarte, ahora puedes esperar a tus amigo afuera.”

“Pinza” quedo asombrado, era tan simple como eso. Ahora su alma le pertenecía, pero a cambio era rico y tenía toda una vida para disfrutarla. Pinza se retiro de la cabaña, a la espera de sus compañeros.
“Loro” que ya había tomado confianza, se lanzo a pedir su deseo. El era aún más ambicioso, deseaba mucho poder y dinero, la combinación perfecta.

- “¡Yo quiero ser dictador eterno de un país centroamericano! ¡que esa nación sea inimaginablemente rica!” dijo suelto de huesos
- “¡Que rápido aprendiste muchacho! Mañana cuando despiertes, estará esperándote un avión privado para llevarte a tu nuevo reino, ese reino será tuyo hasta el fin de tus días, en ese momento vendré a llevarte. Ahora espera afuera”

El turno irrenunciable de Felipe había llegado, esos largos meses de espera habían rendido sus frutos, simplemente tenia que pronunciar unas cuantas palabras y sus problemas terrenales terminarían al despertar. Felipe no parecía estar asustado ahí, solo con el mismísimo demonio, algo había cambiado en el. Ese era su momento.

4 Comments:

Blogger Rolando Escaró said...

vamos, que es lo que sucede?

q buena historia

5:28 p. m.  
Blogger novivo said...

hola! mañana estoy publicando el final.

6:02 p. m.  
Blogger Dragón del 96 said...

No puedo creer que solo hayan cuatro partes de esta historia.

No sé por que me huele a chiste ("quiero ser blanco, fuerte y que todo el mundo se siente ante mi" y se convirtio en W.C.) Es broma.

Te leo.

10:39 p. m.  
Blogger novivo said...

jajaja, nos leemos dragón

2:27 p. m.  

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